La mediocridad y la felicidad
15/07/2024 | Por Acción Familia![](https://www.accionfamilia.org/wp-content/uploads/2020/07/mediocridad_1-1-150x100.jpg)
La mediocridad no sacia al hombre. Puede evitarle sinsabores, pero deja muchas apetencia insatisfechas. Es el problema de la mediocridad y la felicidad
La mediocridad no sacia al hombre. Puede evitarle sinsabores, pero deja muchas apetencia insatisfechas. Es el problema de la mediocridad y la felicidad
En la Civilización cristiana la estructura familiar orgánica inspiraba todas las relaciones humanas y las instituciones del orden social.
«Opus Justitiae pax»: la paz es el fruto de la justicia. En el caso de la legítima defensa, la guerra es un derecho indiscutible. En el caso de la guerra santa, no existe sólo un derecho, sino un deber.
La sangre derramada no solo nos habla de enfermedades, nos habla de la lucha y del crimen. Es imposible, por ejemplo, hablar de sangre derramada sin pensar en la sangre de Abel, vertida por Caín
Las instituciones católicas, sobre todo por su tarea sobrenatural, tienen una fortaleza extraordinaria: nunca pueden ser derribadas si quienes las representan son enteramente fieles a su deber
Ante la crisis actual de la sociedad y de la Iglesia, no podemos hacer del silencio una regla de comportamiento, porque el Día del Juicio no sólo daremos cuenta de las palabras ociosas, sino también de los silencios culpables.
Quizás nunca antes la vida de las personas se ha basado tanto en la búsqueda de la felicidad. Y tal vez la gente nunca ha sido más infeliz que hoy. ¿Están buscando en el lugar equivocado? ¿Qué es la felicidad?
Hay una velada escuela espiritual que busca deformar la piedad católica, según un modelo dulce y sentimental, de la cual la estampita de San Antonio era un ejemplo contundente.
El viaje desafortunado barco Endurance nunca llegó a su destino. Sin embargo, la historia de su heroico capitán, Sir Ernest Shackleton, sobrevive como una inspiración conmovedora para todos los tiempos.
Según muchos, la nobleza es una mera reminiscencia ornamental y caduca de épocas pasadas. Sin embargo, hoy cuando se repite que el mundo no será el de antes de la pandemia, nuestros ojos deben volverse hacia los ideales católicos de siempre.