Un moderado lanzado por la ventana
09/02/2025 | Por Acción Familia
El moderado es por definición un centrista que no quiere comprometerse con las consecuencias de los principios que adopta. Considera ideal hasta no tener principios.
El moderado es por definición un centrista que no quiere comprometerse con las consecuencias de los principios que adopta. Considera ideal hasta no tener principios.
La pérdida de la capacidad de admirar lo bello, lo noble y lo trascendente ha influido en el deterioro de nuestra cultura y civilización. El mal llamado «progreso» ha transformado la forma en que valoramos y apreciamos lo que es superior. La admiración, es una virtud fundamental, y la clave para restaurar la dignidad y el orden que hemos perdido.
¡Cómo la Navidad ha perdido su autenticidad, convirtiéndose en una celebración dominada por el materialismo, y la presión de las compras! Proponemos redescubrir – a través de breves lecturas – el verdadero significado de la festividad y restaurar en nuestras almas el auténtico espíritu navideño.
“También aquellas palabras del Apóstol: ‘Los que son de Cristo han crucificado su carne con los vicios y las concupiscencias’ [Gal. 5, 24] valen igualmente para todos los tiempos”.
Adviertan, los que son muy activos, que piensan abrasar el mundo con sus predicaciones y obras exteriores, que mucho más provecho traerían a la Iglesia y mucho más agradarían a Dios si gastasen siquiera la mitad de ese tiempo en estar con Dios
«La pulidez se ha transformado en el heroísmo de lo cotidiano». Frase simple, pensamiento profundo, verdad incontestable. No cabe duda que esa pulidez y esa cortesía no se alcanzan sin un cierto heroísmo que supone esa renuncia de sí mismo por algo que es más que uno mismo.
La incoherencia e insensatez del ser humano actual frente a un mensaje tan trascendental no puede dejar de sorprender. Los deseos terrenales han eclipsado en él las aspiraciones celestiales. Incluso cuando tiene promesas claras, directas y llenas de esperanza.
Los ardides y violencias de los hijos del siglo tendrían menos éxito si un gran número, entre aquellos que se llaman católicos, no les tendiesen una mano amiga
Su ejemplaridad en el sufrimiento queda para los que le rodeamos como una verdadera enseña de lo que la Divina Providencia por medio de su Gracia puede sacar de cada uno de nosotros.
¿La verdadera fraternidad resulta de una igualdad completa? ¿O más bien de una igualdad fundamental templada por una escala de valores diversificados y jerarquizados?