Un moderado lanzado por la ventana
09/02/2023 | Por Acción Familia
El moderado es por definición un centrista que no quiere comprometerse con las consecuencias de los principios que adopta. Considera ideal hasta no tener principios.
El moderado es por definición un centrista que no quiere comprometerse con las consecuencias de los principios que adopta. Considera ideal hasta no tener principios.
“También aquellas palabras del Apóstol: ‘Los que son de Cristo han crucificado su carne con los vicios y las concupiscencias’ [Gal. 5, 24] valen igualmente para todos los tiempos”.
Adviertan, los que son muy activos, que piensan abrasar el mundo con sus predicaciones y obras exteriores, que mucho más provecho traerían a la Iglesia y mucho más agradarían a Dios si gastasen siquiera la mitad de ese tiempo en estar con Dios
Una Constitución que mutile la familia y la propiedad –instituciones consagradas por el Decálogo– es tanto más subversiva cuanto más graves fueren esas mutilaciones. Subversiva en el plano filosófico y religioso, porque subvierte el Reino de Cristo en la Tierra.
Los ardides y violencias de los hijos del siglo tendrían menos éxito si un gran número, entre aquellos que se llaman católicos, no les tendiesen una mano amiga
¿La verdadera fraternidad resulta de una igualdad completa? ¿O más bien de una igualdad fundamental templada por una escala de valores diversificados y jerarquizados?
La propiedad privada se presenta cada vez más, en esta época de hipertrofiada preocupación por lo social, como un privilegio desagradable y anacrónico al que sólo unos pocos egoístas, insensibles a la miseria que les rodea, se han adherido obstinadamente.
Lleváis el nombre de Cristo, pero sería más justo si llevaseis el nombre de Pilatos. Sois la gran corrupción, porque estáis en el medio. Queréis estar en el medio, entre la luz y el mundo. Sois maestros del compromiso y marcháis con el mundo.
La vida cristiana no consiste simplemente en alabar al Señor y honrarlo por manifestaciones externas. Trátase de decir “no” al mal, en todas sus formas, y es precisamente por haber proclamado uno de esos “non licet” que la cabeza de Juan fue cortada.
Hay una masa de mentiras y de errores que debéis disipar, sin mirar a las personas que los difunden. Debéis combatir el error, aun entre los católicos, pues éstos tienen menos derecho ‒si puedo hablar de derecho‒ de que los otros a predicar ideas erróneas Verdades olvidadas Palabras dirigidas por San Juan María Vianney a
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