El Papa Francisco se encuentra (de nuevo) con la extrema izquierda.
El reiterado respaldo del Papa Francisco a movimientos de izquierda en América Latina ha levantado polémica, debido a las tácticas radicales de algunos de estos movimientos, como las invasiones de tierras realizadas por el Movimento dos Sem Terra (MST) de Stédile.
El Papa Francisco no es nuevo en el ámbito de la extrema izquierda latinoamericana. En dos ocasiones (2014 y 2016) acogió el Encuentro Mundial de los Movimientos Populares en el Vaticano, un gesto interpretado por muchos como un respaldo pontificio a la izquierda populista y a la teología de la liberación.
Entre los principales organizadores de estos encuentros se encontraba el argentino Juan Grabois, líder de los «cartoneros»; y el brasileño João Pedro Stédile, líder del Movimento dos Sem Terra (MST). Comparten un odio ardiente hacia el capitalismo y la propiedad privada, y un enamoramiento no menos ardiente por el socialismo marxista. “La propiedad privada tiene en su origen un gran crimen que el tiempo nunca podrá borrar”, proclama Grabois, haciéndose eco de la famosa frase de Marx y Engels: “Si queremos resumir el Comunismo, es la abolición de la propiedad privada.”.
Stédile, por su parte, es muy claro: “En la formación política del MST estudiamos a Marx, Lenin, Gramsci. Nos inspiramos en la escuela de los marxistas históricos.» El objetivo del MST, según él, es «instaurar el socialismo», «derrotar a la burguesía», «controlar el Estado».
En el encuentro de 2014, celebrado en la Sala del Antiguo Sínodo del Palacio Apostólico, el Papa Francisco animó a los participantes: «Seguid adelante con vuestra lucha, queridos hermanos y hermanas, es bueno para todos nosotros».
Interrogado por Il Fatto Quotidiano sobre este encuentro, João Pedro Stédile respondió: “El Papa ha hecho una gran contribución con un documento irreprochable, más de izquierda que muchos de nosotros. (…) En dos mil años ningún Papa ha organizado un encuentro de este tipo con los movimientos sociales”.
Y he aquí, que diez años después, Francisco vuelve a abrazar a Stédile, esta vez durante el encuentro «Arena de la Paz», celebrado en la Arena de Verona el 18 de mayo. Dedicado al tema de la paz, el encuentro concluyó con la publicación de un Documento Final que pide el fin del «sistema económico que genera desigualdades y oligarquías», y una «conversión ecológica integral«.
En su discurso final, Francisco no dejó de citarse a sí mismo, recordando algunas palabras pronunciadas con ocasión del II Encuentro de los Movimientos Populares, celebrado en Bolivia en 2015 bajo los auspicios de Evo Morales. La mención no es casual, ya que en la reunión de Verona estuvieron presentes algunos de los líderes de estos movimientos, empezando por el propio João Pedro Stédile.
Al abrazar al Papa en el acto final en Verona, Stédile le pidió que bendijera una bandera del MST, lo que Francisco hizo ipso facto. Recordemos que, según el magistrado Gilberto Thums, que investiga el movimiento desde hace años, “ellos [MST] emplean tácticas de guerrilla rural para invadir territorios previamente elegidos por los dirigentes.
Incluso si no se exhiben al público, los manuales de guerrilla son los más vendidos en los campamentos del MST.»
En su discurso ante el Papa, en Verona (2024), Stédile citó al difunto obispo de São Félix do Araguaia, Brasil: “Me gustaría, Santo Padre, citar un verso de nuestro obispo de los sin tierra, Pedro Casaldáliga. Nos dijo: ‘Malditas todas las vallas, malditas todas las propiedades privadas [largos aplausos del público] que nos impiden vivir y amar’. ¡Gracias!«.
Recordemos que Pedro Casaldaliga, autodefinido como «Monseñor la Hoz y el Martillo», es quien durante la «Noche Sandinista» en Sao Paulo, Brasil, en 1980, vistió uniforme de guerrilla, declarando: «Quiero agradecer ¡Este sacramento de liberación que recibo con los hechos y, si es necesario, incluso con sangre! Vestido de guerrillero me siento vestido de cura. La guerrilla y la misa son la misma celebración que nos empuja hacia la misma esperanza. ¡Debemos dar testimonio de nuestro compromiso hasta la muerte!”.
El primero en informar de las maldiciones de Monseñor Hoz y Martillo contra la propiedad privada fue quizás el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira en el libro «La Iglesia ante la creciente amenaza comunista», publicado en 1976. El líder católico repasó la historia de la infiltración comunista en la Iglesia en Brasil y luego hizo un llamamiento a los obispos para que la detuvieran. Según el vaticanista Rocco Morabito, la obra alcanzó puestos altamente situados: “En varias épocas se podían ver sobre las mesas de trabajo del Vaticano ejemplos del libro de Plinio Corrêa de Oliveira «La Iglesia ante la creciente amenaza comunista», que contiene largas citas de escritos y poemas de Mons. Pedro Casaldáliga”.
Parece que esta infiltración ha llegado ahora a niveles mucho mayores.
Por Julio Loredo, Tradizione, Famiglia e Proprietá
¿La izquierda para qué quiere «controlar el Estado»?
Para enriquecerse fabulosamente y someter a su despótico totalitarismo a los ciudadanos .
¿Por qué las propiedades privadas son malditas?
Porque disminuyen la única propiedad propiedad privada «bendita»: la que la dirigencia izquierdista arrebata para sí.
No digo esto solamente por odio al socialcomunismo. Lo digo porque nunca se ha visto que uno, tan sólo uno, de los gobiernos que ejercen esta diabólica ideología cumpla con la «justa distribución» de la propiedad de los bienes del Estado, distribución que tanto y tan falazmente pregonan los dirigentes de izquierda para tomarse el poder y permanecer en él durante el mayor tiempo que les sea posible.
Es muy triste para un inmenso número de católicos que un Papa simpatice con tan despreciable doctrina política.
El comunismo ateo reniega de la existencia de Dios. Su base es el materialismo histórico. Es increíble lo que está pasando con nuestro Papa y algunos obispos. Se está en vías de hacer desaparecer la fe católica (y creo que el cristianismo en general.
Recuerdo perfectamente que con horror vi unas fotos en el diario, como los curas repartían la comunión con una metralleta en el hombro
Toda está mugre empezó muchos años atrás antes de los años 60
Soy una convecida que hay que rezar porque esto no tiene otra solución.