La decadencia de Roma y el mundo actual
26/03/2025 | Por Acción Familia
Al comparar los síntomas de ocaso registrados en el libro con los de la sociedad actual, nos encontramos con algunas semejanzas relevantes que he querido compartir con ustedes.
Al comparar los síntomas de ocaso registrados en el libro con los de la sociedad actual, nos encontramos con algunas semejanzas relevantes que he querido compartir con ustedes.
La izquierda está en declive global debido a sus programas impopulares y su vinculación con élites desconectadas de la realidad, mientras que la derecha, aunque en auge, carece de una propuesta unificada y auténtica. La derecha ha aprovechado las vulnerabilidades de la izquierda, pero ha fallado en reafirmar sus principios fundamentales. Para triunfar, la derecha debe reconectar con sus raíces cristianas y ofrecer un mensaje claro y coherente que resista las tentaciones de superficialidades y contradicciones.
La inocencia y el sentido común, que generalmente van juntos, descubren a los hombres de hoy verdades que las modas imperantes no les permiten ver. Es lo que nos relata la anécdota siguiente.
Los “moderados”, miran el día de hoy, y no quieren ver el día de mañana. A cada nueva osadía se estremecen un poco, y se adaptan enseguida, formando la convicción de las cosas no irán más lejos
Aristóteles identificó los hábitos alimenticios del hombre como una de las piedras angulares de la civilización, una de las dos actividades que resaltan la naturaleza de la excelencia del hombre (o su barbaridad).
En lugar de responsabilidad personal, ahora tenemos una regulación cada vez mayor de la conducta por parte de los gobiernos.
En el corazón de las sociedades contemporáneas, agitadas, ruidosas y caóticas, se va formando una zona de desinterés. Una zona inmensa, que ya apartó de las urnas a una impresionante masa de electores. Desinterés silencioso, que revela su fuerza ¿Cuál es la causa de este fenómeno?
La pérdida de la capacidad de admirar lo bello, lo noble y lo trascendente ha influido en el deterioro de nuestra cultura y civilización. El mal llamado «progreso» ha transformado la forma en que valoramos y apreciamos lo que es superior. La admiración, es una virtud fundamental, y la clave para restaurar la dignidad y el orden que hemos perdido.
Cada vez más va quedando claro que nuestra sociedad camina hacia un callejón sin salida. La deterioración moral de la familia; la de casi todas las instituciones
La sociedad laica es la consecuencia lógica de una sociedad predominantemente materialista.
En ella existe una curiosa forma de ateísmo que afirma que es imposible tener certeza de la existencia de Dios y, en consecuencia, que el hombre debe actuar en el ámbito temporal como si Dios no existiera