Un paseo solitario por el campo
06/10/2024 | Por Acción FamiliaEs un placer contemplar a una persona consciente de su dignidad, de su elegancia, de su personalidad, lejos del nerviosismo de la vida moderna.
Es un placer contemplar a una persona consciente de su dignidad, de su elegancia, de su personalidad, lejos del nerviosismo de la vida moderna.
Acordándose de las palabras de su Divino Fundador, «el Reino de los Cielos, es de los violentos», la Iglesia sólo canoniza a los que en vida combatieron auténticamente el buen combate La auténtica santidad La Iglesia enseña que la verdadera y plena santidad, es el heroísmo en las virtudes. La honra de los altares no
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Un buen comienzo para la restauración de la sociedad es hacer revivir en nosotros nuestras buenas costumbres, nuestros buenos hábitos, nuestros buenos modales y nuestras buenas opiniones. Pero esto no basta. Un autor francés decía: «El tiempo nos arrastra, y con nosotros nuestras buenas costumbres, nuestros buenos hábitos, nuestros buenos modales y nuestras buenas opiniones. «Para
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Las personas son modeladas con mucha más frecuencia por los principios vivos que impregnan los ambientes, las costumbres y las civilizaciones, que por teorías estereotipadas o momificadas
Rayos de sol que comunicaban una sensación de paz y de dulzura que el hombre de nuestros días ya no conoce. Era de algún modo una luz venida de lo alto que nos acompañaba como buena amiga y nos ayudaba a pensar en el silencio y el sosiego de la casa paterna.
En la mentalidad de aquellas épocas,lo civil y lo religioso estaban íntimamente unidos. No extraña que pudieran encontrar en un ambiente así un verdadero reposo tranquilo, sólido, alegre, en definitiva reposo auténtico.
En los cuadros comentados se reflejan dos concepciones de la vida del campo y de la misma vida: de la obra prima de Millet se eleva una oración, de la pesadilla de Yves Alix se desprende un mal aliento de revolución.
En un mundo cada vez más desarraigado y egoísta, registrar recuerdos de familiares, como las anécdotas de una abuela, se vuelve una forma valiosa de preservar la memoria y la identidad familiar. Este acto, reminiscentemente similar al antiguo «libro de familia», permite mantener vivas las tradiciones y conectar generaciones, ofreciendo un contrapeso a la despersonalización y la rápida evolución tecnológica.
G. Lenotre, en su encantador libro «Gens de la Vieille France» (Gente de la Francia antigua), nos hace respirar los perfumes de la vida natural y civilizada de antaño. Así podremos descansar nuestro espíritu, agobiado por tantas preocupaciones.
Historia para reír y para reflexionar. Un ejemplo de como la necia vanidad de los hombres hace que ellos se engañen con su propio juego