Un mercado nocturno
29/10/2024 | Por Acción FamiliaLa cortesía, las buenas maneras estructuran una sociedad que sigue siendo como un cuerpo vivo
La cortesía, las buenas maneras estructuran una sociedad que sigue siendo como un cuerpo vivo
Elegantes en sus largos vestidos, cubiertas con sombreros, uno podría pensar que se trata de la dispersión de una reunión de clientes ricos. Son las obreras de la casa de modas Paquin
«Non in commotione Domine» – Dios no se encuentra en la agitación. Al pensar en esta escena, no nos parece que es un verdadero infeliz el individuo intoxicado por la idea que la felicidad se encuentra en la agitación?
Una llama siempre atrae la mirada. Es raro que deje a alguien indiferente. La llama de la vela es la más común y la más bella expresión del fuego. Siempre igual a sí misma, pero paradójicamente, nunca repite sus armoniosos movimientos. Así, cuando un artista desea pintarla, tiene que decidir entre mil posibilidades, para determinar
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«La pulidez se ha transformado en el heroísmo de lo cotidiano». Frase simple, pensamiento profundo, verdad incontestable. No cabe duda que esa pulidez y esa cortesía no se alcanzan sin un cierto heroísmo que supone esa renuncia de sí mismo por algo que es más que uno mismo.
Dios estableció misteriosas y admirables relaciones entre ciertas formas, colores, sonidos, perfumes, sabores, y ciertos estados de alma. Por estos medios se puede influenciar a fondo las mentalidades e inducir a personas, familias y pueblos a la formación de un estado de espíritu profundamente revolucionario.
Lo bello encanta al espíritu; lo «gustoso» deleita al cuerpo Todo se tornó más cómodo, más accesible, y el placer que se buscó en las cosas es mucho menos de lo bello que de lo «gustoso». Lo bello encanta al espíritu, mientras que lo «gustoso» delicia al cuerpo. De los sillones elegantes de estilo Luis XVI
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Los sencillos objetos de nuestra casa, con los que convivimos familiarmente, pueden tener un considerable poder evocativo. Es necesario detenerse y observar.
Es un placer contemplar a una persona consciente de su dignidad, de su elegancia, de su personalidad, lejos del nerviosismo de la vida moderna.
Acordándose de las palabras de su Divino Fundador, «el Reino de los Cielos, es de los violentos», la Iglesia sólo canoniza a los que en vida combatieron auténticamente el buen combate La auténtica santidad La Iglesia enseña que la verdadera y plena santidad, es el heroísmo en las virtudes. La honra de los altares no
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