Belleza y dignidad de una vida simple
09/02/2024 | Por Acción FamiliaLo interesante de estas fotografías es que muestran la belleza y dignidad que siempre tiene una vida simple, cuando es comprendida a la luz de la civilización católica.
Lo interesante de estas fotografías es que muestran la belleza y dignidad que siempre tiene una vida simple, cuando es comprendida a la luz de la civilización católica.
En el período llamado de la «Belle Époque», junto con el gusto de la elegancia, se estimaban las buenas maneras. La conversación era elevada a la categoría de un arte. Hoy, bajo el falso ideal de estar «relajado», la vulgaridad impone su dictadura.
La buena cocina denota la dedicación y el afecto indispensables para mantener la unión de la familia. Padres e hijos se consideran estimados al notar el cuidado en la preparación de los platos. Las comidas crean un ambiente capaz de influir en las relaciones personales.
La sociedad impone un gran valor a la singularidad del sujeto, a su libertad, a su autonomía. Pero, ¿le ofrece la posibilidad de realizarse, de ser él mismo, de conocerse? Algunas propagandas nos asaltan todos los días para ofrecernos productos que nos permiten conocer en poco tiempo lo que ocurre en cualquier parte del mundo.
(siga leyendo)
El fenómeno de la globalización torna uniforme la cultura, haciendo desaparecer las tradiciones, los comportamientos sociales y la propia culinaria local
En este programa queremos referirnos no tanto a la moda en sí misma, sino al lenguaje corporal de los que muestran la moda, es decir a lo que antiguamente se llamaba “los figurines” o “modelos”.
La distensión de los placeres castos y tranquilos del hogar, o de una vida razonable, temperante, tranquila, parecen a los viciados en las excitaciones de las grandes ciudades algo de un tedio insoportable.
La lección que nos da la muerte es una lección de profundidad, una lección de fuerza de alma, una lección de coraje, una lección de grandeza, que es incomparable.
La lección que la muerte nos da, es una lección de profundidad, una lección de fuerza de alma, una lección de coraje, una lección de grandeza, que es incomparable.
Se dice que “por el dedo, se puede reconocer a un gigante”. En ese sentido, publicamos, a continuación, algunas frases de Plinio Corrêa de Oliveira, escogidas al azar de la grabación de sus conferencias.