Beatísimo Padre, Considerando sus recientes y auspiciosas manifestaciones en defensa de la Familia y de la coherencia que los católicos debemos mantener en la vida pública al sostener los principios de la fe, las asociaciones firmantes —herederas del pensamiento y de la acción del gran líder brasileño Plinio Corrêa de Oliveira— se dirigen filialmente a

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La Revolución Cultural, uno de cuyos aspectos es la revolución homosexual, busca extirpar de modo radical los principios cristianos de la mente de las personas. Los católicos tenemos la obligación moral de reaccionar

Conducida a través de etapas bien estudiadas, la práctica de la homosexualidad pasó del rechazo popular a la categoría de algo intocable: del infierno al Olimpo.

En materia de sexualidad humana, existen hombres y mujeres. Es un hecho biológico establecido. La «teoría del género» deja a la fantasía de cada uno la determinación de su sexo.

Santa Hildegarda von Bingen, O.S.B fue una abadesa, mística, profetisa, médica, compositora y escritora alemana. Es conocida como la sibila del Rin y como la profetisa teutónica. En 2012 el papa Benedicto XVI le otorgó el título de doctora de la Iglesia

A raíz de la revolución sexual, la institución del matrimonio ha sufrido un daño inmenso. Vemos las consecuencias del amor “libre” en la proliferación de hogares monoparentales, divorcio, aborto, las prácticas anticonceptivas, enfermedades de transmisión sexual y los estilos de vida sexual con desvíos de todo tipo.

Kirk y Madsen afirman: “La campaña que delineamos en este libro (After the Ball: How America Will Conquer Its Fear & Hatred of Gays in the 90s) depende principalmente de una incesante propaganda, basada sólidamente en principios de psicología y de publicidad ampliamente establecidos”

Según la última encuesta CEP, los chilenos creen más en el Cielo que en el infierno. La vida, la muerte, la religión y la familia ocupan buena parte de las preguntas y vale tener en consideración las respuestas para arrojar un poco de luz sobre el Chile de hoy y las crisis que vive.

Cualquier ley humana posee esa naturaleza en la medida que se deriva de la ley natural. Pero si se desvía en cualquier punto de la ley natural ya no es más una ley sino una perversión de la ley

Así como en el orden especulativo un error sobre las cosas cuyo conocimiento es connatural al hombre es sumamente grave y torpe, así es también muy grave y torpe, en el orden operativo, obrar contra aquello que ya viene determinado por la naturaleza.