La felicidad de situación
18/04/2022 | Por Acción Familia
La clave de la felicidad está en la templanza, en saber degustar las situaciones comunes y honestas de la vida cotidiana y nunca en la búsqueda de sensaciones
La clave de la felicidad está en la templanza, en saber degustar las situaciones comunes y honestas de la vida cotidiana y nunca en la búsqueda de sensaciones
¿Por qué fue el Señor maniatado por sus verdugos? ¿Por qué le impidieron el movimiento de sus manos, sujetándolas con duras cuerdas? Sólo el odio o el temor podrían explicar que así se reduzca a alguien a la inmovilidad y a la impotencia. ¿Por qué odiar así estas manos? ¿Por qué temerlas?
Y aquél sayón inhumano
que al dulce Jesús seguía
con el látigo en la mano,
¡qué feroz cara tenía!
¡qué corazón tan villano!
Cuando la persecución a los católicos, sangrienta o sonriente, va creciendo en todo el mundo, el misterio del odio al bienhechor y al mismo Bien vuelve a presentarse. El odio y el amor a Nuestro Señor Jesucristo se explican porque El fue puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel. (S. Luc. 2, 34 ). El amor
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La Santa Faz de Nuestro Señor, estampada milagrosamente en el sudario que se encuentra en Turín, expresa Su gran sabiduría junto a una gran bondad
Nuestro Señor nos dio el ejemplo de la aceptación entera del dolor y nos enseñó el papel que este tiene en la vida del hombre. El hombre nació para dar gloria Dios, antes que nada sufriendo. Esta es la idea rectrix, fundamental en la formación del verdadero católico.
Lo que distinguía a la nobleza no era el hecho de tener posesiones, poder, un bello nombre o una historia. Era representar un cierto tipo humano, tener un cierto modo excelente de hacer las cosas. Ante todo, era un cierto género de valentía, siendo por excelencia la clase militar.
Una bella expresión del auténtico heroísmo humano, que no consiste tanto en el poder de destruir, sino en enfrentar el riesgo. El hombre pragmático, securitario y tantas veces vil de nuestros días la perdió de modo casi completo, si no enteramente. ¡Que la esplendorosa escena nos sirva de lección, y de ejemplo!
La mentalidad de la «tercera familia» es universal. Suspiran delante de la contradicción caótica de nuestros días, se aturden… y no pasan de esto. Ser coherentes les parece duro, desalmado, rígido. En una palabra, inhumano. Vivimos en pleno caos. Al leer esta frase inicial, habrá quien haya pensado: «¡Qué manera banal de comenzar éste artículo!» Realmente,
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el santo está paseando en instantes de esparcimiento. La sonrisa afable, casi cariñosa, el gesto del brazo que se extiende, de la mano que se abre, expresan una acogida franca y paternal. En todos los circunstantes se nota el efecto de la presencia del Pontífice: mucho respeto, que no excluye una suave y natural alegría.