La admiración llena la vida de interés y de alegría.

Vemos en este lienzo al «pequeño especialista» absorto en el cuadro y por así decir en el perfume de la Historia, que esa escena evoca en su incipiente imaginación. Los niños tienen esa capacidad a causa de su inocencia y su facilidad para elevarse – a pesar de ser de un modo simple – a los absolutos de las cosas. Ellos reconocen fácilmente lo grande, lo noble, lo bello. Así como también lo feo, lo malo y lo falso.

En la escena, por un momento, como que las figuras empiezan a moverse y el pequeño es transportado por la admiración, a hacer un pequeño recorrido por las gestas heroicas de su mayores.

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