El confuso significado del siglo XX
03/04/2025 | Por Acción Familia
Son numerosos los que desisten de entender el significado del caótico siglo XX comparado a la majestuosa galería de los siglos que pasaron. ¿Cómo se podrá catalogar el siglo XXI?
Son numerosos los que desisten de entender el significado del caótico siglo XX comparado a la majestuosa galería de los siglos que pasaron. ¿Cómo se podrá catalogar el siglo XXI?
La ideología de género lleva a los niños a creer que es normal estar toda la vida sustituyendo química y quirúrgicamente su propio sexo por el opuesto constituye un abuso infantil.
Para retratar el alma humana en lo que tiene de más íntimo, vivo y sutil, el artista no necesita recurrir a deformaciones que degradan la propia naturaleza humana.
La inocencia y el sentido común, que generalmente van juntos, descubren a los hombres de hoy verdades que las modas imperantes no les permiten ver. Es lo que nos relata la anécdota siguiente.
El mandamiento bíblico «No matarás» 1 es el garante del principio según el cual la vida humana inocente es un bien sagrado. Tuvimos que llegar al siglo XXI para presenciar un aplastante y general desvanecimiento de un principio tan evidente.
Desde los años 60, las modas han tendido cada vez más hacia la vulgaridad. Es una vulgaridad que pisotea el buen gusto y el decoro, que refleja una mentalidad contraria a todo orden y disciplina así como a toda prohibición, ya sea moral, estética o social, y que en última instancia, sugiere una completa “liberación” de las normas de comportamiento.
Si se observa el universo, no hay un ser que sea igual a otro. Los seres, aún los de la misma especie, son todos diferentes. Esta desigualdad entre los seres humanos debe ser justa y proporcional.
Los “moderados”, miran el día de hoy, y no quieren ver el día de mañana. A cada nueva osadía se estremecen un poco, y se adaptan enseguida, formando la convicción de las cosas no irán más lejos
La regla de esta sociedad tiene, de acuerdo con la ley natural, su fundamento en la unión indisoluble del hombre y la mujer, y su complementariedad en los deberes y derechos de los padres e hijos, de los señores y de los servidores mutuamente.
En lugar de responsabilidad personal, ahora tenemos una regulación cada vez mayor de la conducta por parte de los gobiernos.