La restauración de Notre Dame no solo simboliza la recuperación de un monumento, sino un acto de fe que recuerda la necesidad urgente de retorno a las raíces cristianas de la civilización. La catedral, más que una obra arquitectónica, es una «Biblia en piedra» que transmite un mensaje espiritual eterno.

Imagen de Peggy und Marco Lachmann-Anke en Pixabay
El 8 de diciembre de 2024, fiesta de la Inmaculada Concepción, marcó un momento de profundo significado para Francia y el cristianismo. El mundo fue testigo de la reapertura triunfal de Notre Dame de París cinco años después del incendio que casi destruye esta obra maestra de la fe católica.
Este evento va más allá de la simple restauración de una catedral. Encarna una verdad que las almas atentas pueden percibir: el triunfo de la gracia divina sobre la desolación humana y el llamado urgente a la Civilización Cristiana a ser fiel a sus raíces.
Una obra maestra dedicada a la Reina del Cielo
Notre Dame no es sólo un monumento. Es una celebración en piedra y una sinfonía de fe y razón que eleva el alma hacia el Infinito.
El Abad Suger, padre del arte gótico, lo concibió como «un templo de luz y oración» cuando se colocaron sus cimientos en el siglo XII.
Cada vitral cuenta el Evangelio a través de sus imágenes y las torres del edificio apuntan hacia el cielo, elevando el alma a Dios.
Notre Dame es una «Biblia en piedra» creada para enseñar la fe a generaciones enteras. Sus rosetones, esculturas y arcos no sólo llaman la atención por su belleza, sino que son testimonio vivo de un legado espiritual que trasciende los siglos.
Al contemplar Notre Dame, todo el mundo queda impresionado por la armonía única entre razón y belleza. Todo en esta obra manifiesta un profundo equilibrio entre rigor y asombro.
Evocando a Notre Dame, Plinio Corrêa de Oliveira describió la impresión única que le había causado: «Notre Dame posee un fundamento de seriedad que subyace al pleno desarrollo de su maravilla. Es fundamentalmente seria, diseñada según las mejores reglas de la razón serena y reflexiva, pero logrando algo de gran alcance… Más allá de este arte y razón, este edificio representa un sueño maravilloso, incluso en sus más mínimos detalles. No hay una sola gárgola que no despierte asombro.»
Esta catedral no es simplemente un homenaje al arte o la historia. Es un acto de amor hacia Dios y su Madre, la Santísima Virgen, cuya gloria brilla en cada vitral y escultura.
Plinio Corrêa de Oliveira añadió: «Notre Dame es una iglesia de perfecta belleza, la alegría del mundo entero». Notre Dame recuerda a cada cristiano su destino eterno.
por Atilio Faoro in Tradizione, Famiglia, Proprietá , 13 de diciembre de 2024.
* Titulo original: The Miracle of Notre Dame’s Restoration: A Divine Call to Conversion