¿Los aranceles son realmente solo cuestión de aranceles?

Son tiempos de cambios deliberadamente dramáticos, como lo demuestran los aranceles del “Día de la Liberación”, que sacudieron al mundo e introdujeron incertidumbre en los mercados.

Todo el mundo intenta comprender los vaivenes de esta política. Tanto los opositores como los partidarios admiten que carece de un propósito claro y de objetivos específicos.

Este cambio drástico no es un mero ajuste en la política comercial. Es un esfuerzo por liberarse de un sistema global que ahora se considera oneroso y agotador. Esto explica la desesperada situación en la que abandonar el sistema se vuelve mucho más importante que las consecuencias de la política.

Una casa con una fuga de gas

La situación podría compararse con la de unas personas dentro de una casa confortable con una fuga de gas que las envenena gradualmente. Al ser descubiertas, intentan salir de la casa por cualquier medio posible, incluso si eso implica derribar la puerta o romper una ventana.

Las personas desesperadas no se preocupan por estos daños ni por los peligros que acechan en el exterior. Solo ven la necesidad de salir del hogar tóxico. Quieren salir de la situación y el incendio inmediato no les preocupa.

Abandonando el orden liberal

Y lo mismo ocurre con el orden liberal global. Ha generado riqueza y oportunidades sin precedentes. Puede parecer cómodo desde dentro. Sin embargo, también ha generado descontento, contradicciones y resentimientos que, como un gas, están envenenando la sociedad.

Muchos han identificado este gas como liberalismo, que gradualmente está alcanzando niveles de concentración amenazantes. Se manifiesta en formas cada vez más radicales, como el wokismo, el alarmismo climático o la ideología de género.

Produciendo polarización

También se manifiesta en la creciente división social. De hecho, el liberalismo neutral en valores ha generado polarización al negarse a adoptar posturas definitivas sobre cuestiones morales.

Bajo el régimen actual, nada puede declararse moralmente correcto o incorrecto. Por lo tanto, las personas se ven obligadas a vivir en medio de las contradicciones más flagrantes, especialmente en cuestiones sexuales más controvertidas.

Es una sociedad donde todo discurso es igual, ya sea pornografía, blasfemia o plegarias sublimes. Cualquier relación puede llamarse Familia. Cualquier género puede inventarse.

La convivencia se vuelve intolerable a medida que aumenta esta polarización entre quienes aceptan lo absurdo y quienes no. La gente ya no lo soporta y quiere separarse.

Un orden económico con contradicciones

El orden económico liberal también presenta contradicciones y desequilibrios. Las desigualdades económicas, como las de China, han perjudicado y debilitado considerablemente las economías nacionales. El individualismo y el consumismo desenfrenado han erosionado la cultura y la virtud.

El poder del gran capital y los grandes medios de comunicación también contribuye a los problemas al difundir doctrinas progresistas y mandatos ESG desastrosos. Muchos quieren liberarse de estas camisas de fuerza financieras y no les importa el modo en que ocurra.

Así, algunas voces piden derribar todo el establishment social y económico liberal.

Al igual que quienes estaban en la habitación con la fuga de gas, quieren salir sin importar las consecuencias. En lugar de reparar la fuga, derriban las puertas y se estrellan contra la ventana. El objetivo no son las tarifas, sino el sistema.

No se trata de aranceles

Por lo tanto, los aranceles del Día de la Liberación no se tratan solo de comercio y tarifas. Son un pretexto para desmantelar el orden global de posguerra, que muchos populistas ahora consideran oneroso. Los aranceles son la salida de un mundo nocivo y la entrada a otro lugar desconocido, lleno de sus propios peligros.

A corto plazo, algunos abogan por bajar la temperatura mediante acuerdos y concesiones comerciales. El efecto de estas políticas será una desvinculación del vasto sistema que sustenta la economía global y su eventual desintegración en un mundo multipolar.

Sin embargo, el verdadero problema es cómo lidiar con las llamas abrasadoras del antagonismo, la contradicción y el resentimiento que amenazan el orden mundial. En la frenética carrera a través de las ventanas rotas, pocos discuten cómo resolver las cuestiones morales que han polarizado al mundo.

En tanto muchos ”salen de la sartén para caer en las brasas», los misteriosos peligros de un incendio posliberal siguen sin definirse.

por John Horvat II in Tradition, Family & Property

Crédito: Fotografía de pexels-tomfisk-3057960 (Montaje de texto nuestro)

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11/06/2025 | Por | Categoría: Decadencia Occidente, Gran Reinicio, Situación Internacional, Tendencias
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2 Comentarios to “¿Los aranceles son realmente solo cuestión de aranceles?”

  1. Respuesta a ALBERTO: Muy verdadero y razonable lo que Usted dice. Si uno lo piensa bien, en el fondo es una complicidad, no confesada claramente, con el Régimen Comunista Chino.

  2. ALBERTO dice:

    Yo trabajo en un empresa industrial y hoy es imposible competir con los Chinos. Las razones son muchas: En China no existen las normas medioambientales que existen aquí y que elevan mucho nuestros costos de producción; en China «todo» lo botan a la alcantarilla. En China el costo de la mano de obra es bajísimo, prácticamente trabajan en condiciones de esclavitud; además, el Estado subsidia la mano de obra; aquí en Chile estamos con el tema de las 40 horas; tenemos feriados irrenunciables, las leyes laborales que protegen al trabajador, etc. etc.
    Me parece razonable subir los aranceles a los productos chinos por competencia desleal; es la única manera de fortalecer la industria nacional y no muera (con todas las consecuencias negativas que esto conllevaría); sin embargo, por razones idealógicas, aquí jamás se aplicará esa política.
    Antes desgarrábabos vestiduras por el «imperialismo yanqui»; pero hoy nadie habla del «imperialismo Chino».

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