Un Documento polémico e inoportuno

El reciente documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha generado controversia al cuestionar los títulos marianos de “Corredentora” y “Mediadora”. Firmado por el Cardenal Víctor Manuel Fernández y aprobado por el Papa León XIV, este pronunciamiento ha causado un gran malestar entre los fieles devotos marianos. Se reflexiona sobre su trasfondo teológico y las repercusiones que tiene para el papel de la Virgen María en la obra de la redención.

El Cardenal Víctor Manuel Fernández presenta el documento Mater Populi Fidelis en conferencia de prensa, un tema que está causando un profundo debate en la Iglesia
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La controversia sobre los títulos marianos

En contradicción con siglos de desarrollo teológico, por no mencionar el sensus fidelium de generaciones de devotos, un documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, firmado por el Cardenal Prefecto Víctor Manuel Fernández y con aprobación papal, considera inapropiado y engañoso el uso de ciertos títulos marianos como “Mediadora” y “Corredentora”, empleados por innumerables Papas, santos y teólogos. Esto ha provocado un clamor de dolor en todo el mundo: ¡No se toca a la Virgen! ¿Qué podemos comentar al respecto?

El documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe

La semana pasada, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, dirigido por el Cardenal argentino Víctor Manuel “Tucho” Fernández, publicó el documento «Mater Populi Fidelis. Nota doctrinal sobre algunos títulos marianos referidos a la cooperación de María en la obra de la salvación». La «Nota» propone una interpretación moderna de ciertos puntos de la mariología, guiada no tanto por la búsqueda de la Verdad como por “un esfuerzo ecuménico particular”, como podemos leer en la Introducción; es decir, por un deseo, más político que teológico, de evitar ofender a los protestantes. Propone entonces una mariología que yo llamaría minimalista, aceptable incluso para los herejes.

Una mariología minimalista

Esto es una inversión de términos. La Iglesia debe buscar la fidelidad al mensaje de Cristo, no el aplauso de los protestantes, como subraya en una entrevista a la Nuova Bussola Quotidiana Mark Miravalle, profesor de Mariología en la Universidad de Steubenville, Estados Unidos: «La unión de los cristianos, como enseñan los Papas, no puede buscarse a expensas de la plena verdad doctrinal de la Iglesia, y esto incluye la plena verdad sobre María y su incomparable participación humana en la obra de Redención de Cristo».

El papel de María en la redención

La «Nota» del Vaticano minimiza, sin negarlo, el papel de la Virgen María en la salvación. Se centra especialmente en dos títulos que, si bien no están definidos explícitamente como dogmas de fe, ya forman parte del lenguaje común de la Iglesia, incluso en documentos papales: “Corredentora” y “Mediadora”, prefiriendo en su lugar el término más ecuménico de “Madre de los Fieles”.

El documento firmado por el Cardenal Fernández —y lamentablemente aprobado por el Papa León— contradice siglos de desarrollo teológico.

Desacuerdo con la premisa teológica

Recientemente leí un excelente libro justamente sobre la teología de la corredención: «La Madre del Salvador y nuestra vida espiritual», escrito por uno de los más grandes teólogos del siglo pasado, el Padre Réginald Garrigou-Lagrange, O.P.. Este renombrado erudito repasa veinte siglos de teología sobre este tema. Escribe el Padre Garrigou-Lagrange: «Es doctrina común y cierta en la Iglesia, incluso cercana a la fe [es decir, cercana al dogma], que la Santísima Virgen, Madre del Redentor, está asociada a él en la obra de la redención como causa secundaria y subordinada, al igual que Eva lo estuvo con Adán en la obra de la perdición».

Tras repasar los primeros siglos, el renombrado teólogo dominico concluye: «En esta doctrina de María, la nueva Eva, asociada a la obra redentora de su Hijo, se puede, y de hecho se debe, ver una tradición divino-apostólica». Es decir, fundada directamente en la Revelación y el testimonio de los Apóstoles.

A continuación, analiza con detenimiento a los Padres de la Iglesia que afirman esta doctrina: San Justino, San Cipriano, San Cirilo, San Juan Crisóstomo, San Jerónimo, San Ambrosio, San Agustín y muchos otros. Y concluye: «María, según el plan divino, cooperó moralmente en nuestra redención, creyendo las palabras del Arcángel Gabriel, consintiendo libremente en el misterio de la Encarnación redentora y en todo lo que ello implicaba en sufrimiento por su Hijo y por sí misma».

La premisa errónea del cardenal Fernández

El Cardenal Fernández parte de una premisa teológica errónea: «Es siempre inoportuno el uso del título de Corredentora para definir la cooperación de María. Este título corre el riesgo de oscurecer la única mediación salvífica de Cristo».

Ahora bien, es precisamente la cooperación activa de María en la obra salvífica —subordinada a la redención única y necesaria de Cristo— la que el documento del Vaticano prácticamente invalida. Escuchemos al Padre Garrigou-Lagrange:

«Negar esta cooperación menoscabaría la unidad de la Mariología, que se rige por dos principios distintos: ‘Madre de Dios’ y ‘Madre del Salvador, asociada a su obra redentora’. La unidad de la Mariología se mantiene porque María es ‘Madre de Dios, Redentor y Salvador’. Los dos misterios de la Encarnación y la Redención no constituyen una dualidad que menoscabe la unidad de la misión de Cristo, puesto que se trata de la ‘Encarnación redentora’ «.

La contradicción con la tradición teológica

Estas consideraciones se fundamentan en siglos de clarificaciones filosóficas y teológicas con las que la Iglesia ha profundizado el papel de la Virgen María en la Encarnación y en la Redención. Por ejemplo, la distinción entre de condigno, o sea lo que nuestro Señor Jesucristo hace por sus propios méritos, por ser Dios, y de congruo, o sea lo que la Virgen María hace subordinada a los méritos de su Divino Hijo. Estas son sutilezas teológicas que el Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe no debería ignorar. Sin embargo, no las menciona en el cuerpo del documento.

Escuchemos de nuevo al Padre Garrigou-Lagrange:
«Ciertamente, María no es la causa principal y perfeccionadora de la redención: no podría redimirnos de condigno, es decir, por justicia, puesto que esto requería un acto teándrico [es decir, divino] de valor intrínsecamente infinito, que solo podía pertenecer a una persona divina encarnada. Pero María es verdaderamente una causa secundaria, subordinada a Cristo y conductora a nuestra Redención. Se dice que está subordinada a Cristo no solo en el sentido de que es inferior a él, sino porque contribuye a nuestra salvación con una gracia que proviene de los méritos de Cristo».

Contradicción con recientes acciones del Papa León XIV

El documento del Vaticano también contradice directamente recientes acciones del Papa León XIV. De hecho, hace un par de semanas él nombró “Doctor de la Iglesia” al Cardenal John Henry Newman. Ahora bien, este prelado inglés defendió con denuedo el título de “Corredentora”, contra la opinión de herejes protestantes, como Edward Pusey. ¿Deberíamos quitarle el título de Doctor?

La propia “Nota” del dicasterio reconoce que el papa Juan Pablo II utilizó la expresión “Corredentora” «en al menos siete ocasiones». También Pío XII, Pío XI, San Pío X y León XIII utilizaron la expresión en muchas ocasiones, incluso en encíclicas. El Cardenal Fernández hace caso omiso de todo esto.

Polémico e inoportuno

¿Qué debemos concluir del documento?
Con el debido respeto por las autoridades involucradas, y respaldado por la opinión de reconocidos estudiosos que se han pronunciado al respecto, considero este documento polémico e inoportuno.

Polémico, porque ha provocado una dolorosa reacción entre muchos fieles devotos marianos, es decir, la parte más sana de la Iglesia, exacerbando aún más las tensiones que el Papa León XIV afirma querer evitar.
En su canal de YouTube, con más de un millón de suscriptores, el Sacerdote español Don Santiago Martín advierte del profundo descontento que el documento ha generado entre los fieles más devotos de la Santísima Virgen. Don Santiago compara el impacto de esta nota con el del controvertido documento Fiducia Supplicans, enfatizando que, en esta ocasión, el golpe tocó directamente el amor mariano del pueblo católico.

El documento también resulta inoportuno porque se publica precisamente cuando, según los analistas, se está produciendo en muchos países un renacimiento de la fe, especialmente entre los jóvenes, que exigen claridad y firmeza, no doctrinas diluidas. En este contexto, el documento del Vaticano corre el riesgo de ser contraproducente: mientras aleja a los fieles, difícilmente atraerá a herejes y agnósticos.

La restauración de la Iglesia y el Reino de María

Finalmente, puedo afirmar que este documento también es históricamente cuestionable.
Grandes santos, como San Luis María Grignon de Montfort y San Maximiliano Kolbe, han mostrado proféticamente una futura restauración de la Iglesia y la han vinculado estrechamente con una profundización del papel de la Virgen María en la historia de la salvación. Tanto es así que han denominado a esta nueva era el «Reino de María».
Es éste el significado de la promesa de Nuestra Señora en Fátima, cuando, una vez superada la crisis actual, prometió el triunfo de su Inmaculado Corazón.

La salida a la crisis que azota a la Santa Madre Iglesia pasa necesariamente por profundizar y fortalecer la devoción a María Santísima.
Concluyo con un sincero llamado a redoblar nuestro amor, devoción y fervor por Nuestra Señora. Debemos proclamar, con las palabras del Libro de los Proverbios: «Surrexerunt filli eius et beatissimam praedicaverunt ¡Sus hijos se levantan y la proclaman bienaventurada!»

por Julio Loredo – Tradizione, Famiglia e Proprietá

(Destaques y subtítulos son nuestros)

Crédito fotográfico: Fotomontaje de InfoCatólica – Autorizada por su Director.

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14/11/2025 | Por | Categoría: Crisis de la Iglesia, Documentos, Formación Católica, Prensa
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